Frecuentemente escuchamos mitos relacionados con la lactancia; uno de ellos es que si hemos tenido un enojo o una impresión muy fuerte nuestra leche puede hacerle daño a nuestro bebé o incluso que la producción de leche puede disminuir. Pero… ¿es esto realmente posible?
La leche materna es sangre de nuestro cuerpo que se transforma en leche a través de un proceso llamado Galactogénesis. Nuestra sangre no sufre ningún cambio, si por ejemplo tuvimos un enojo fuerte, por lo que podemos concluir que nuestra leche tampoco, de tal modo que no es posible que le haga daño a tu bebé amamantarlo después de haber sufrido un enojo o susto.
Por otro lado, al momento de una impresión muy fuerte, tu cuerpo libera adrenalina que hace que tus músculos se contraigan y por lo tanto tus conductos mamarios también lo hagan, lo que puede dar la impresión de que no sale la leche. Sin embargo esto se revierte con la succión del bebé, ya que el cuerpo empieza a liberar oxitocina y prolactina que son dos hormonas que tienen un efecto relajante en la madre.
En este tema, es muy importante mencionar que la madre le transmite sus emociones al bebé, lo que significa que al alterarse la madre el bebé puede también alterarse ya que ambos están íntimamente conectados. Es por ello que muchas veces el bebé se muestra molesto e inquieto y algunas madres pueden interpretarlo como que la leche le hizo ¨mal¨, sin embargo, no es a causa de la lactancia, sino del estado emocional en que se encuentra la madre.
La recomendación en estos casos es que la madre pueda calmarse, respirar profundo, tomar a su bebé en brazos y buscar un momento para amamantarlo tranquilamente. Esto ayudará a que la madre se relaje, y entonces el bebé también lo hará!
Fuente: https://www.facebook.com/ligadelalecheguatemala/posts/924190257614649
Betzy de Villatoro
Líder Liga de La Leche
Guatemala